La rendición de cuentas en cada territorio es una vía y una oportunidad para fortalecer el sistema democrático regional a través del intercambio directo de inquietudes por parte de la ciudadanía e información por parte de sus instituciones.*

Por: Alma Carmenza Erazo Montenegro, Auditora General de la República

El espíritu de la enmienda constitucional (Acto Legislativo 04 de 2019 que se reglamentó a través del Decreto Ley 403 de 2020) fue dotar al Estado colombiano de un control fiscal moderno, ágil y con la capacidad operativa suficiente para actuar con oportunidad, de forma eficiente, logrando el impacto esperado por la sociedad, en materia de recuperación del erario malversado y de prevención de la corrupción, que tanto daño nos ha ocasionado.

Nos asiste a los organismos de control fiscal, empezando por la Contraloría General de la República (CGR), las contralorías territoriales y la Auditoría General de la República, trabajar incansablemente en procura de alcanzar las condiciones organizacionales necesarias para este cometido.

Para ello, a propósito del Decreto Ley 403 de 2000, estos organismos han venido adoptando varias medidas institucionales, entre las cuales se destaca la reactivación del Sistema Nacional de Control Fiscal, como instancia estratégica para asegurar la articulación interinstitucional y elevar la eficiencia en el ejercicio de control y vigilancia fiscal en todo el país.

Producto de este trabajo articulado se expidió la Guía de Auditoría Territorial, instrumento metodológico alineado con los parámetros internacionales dictados por las normas ISSAI, que permite unidad de criterios conceptuales entre todas las contralorías departamentales, distritales y municipales del país, para ejercer un control fiscal que pueda lograr los atributos de calidad y oportunidad que se le otorgaron al sistema de control fiscal con la reforma, de manera que se generen cada vez mejores resultados.

En esta misma línea, la Auditoría General de la República diseñó una nueva guía del proceso auditor. Esta herramienta gerencial y operativa le permitirá llevar a cabo auditorías financieras y de gestión, de cumplimiento y de desempeño, superando el modelo de las antiguas auditorías regulares, especiales y auditorías exprés. Esta modernización es un paso necesario para alcanzar los objetivos propuestos en la reforma al control fiscal y la articulación entre entidades, siempre con el acompañamiento de la ciudadanía como actor indispensable en la cruzada para derrotar la corrupción.

A propósito de la lucha contra la corrupción, luego de cinco años de expedirse el Decreto 958 de 2016 que creó la Comisión Nacional Ciudadana para la Lucha Contra la Corrupción, son múltiples las vías con las que cuentan la población y la institucionalidad para acercarse los unos a los otros y fortalecer la gestión de lo público. De esas vías es importante destacar una: la rendición de cuentas.

En este mes, la Auditoría General de la República realizará espacios de diálogo con las contralorías territoriales y con sus grupos de interés para escuchar sus expectativas, las cuales servirán de insumo para llevar a cabo un evento de rendición de cuentas el 27 de octubre, en el cual la ciudadanía podrá recibir la información que le resulte de interés y la Entidad compartir los logros que se han alcanzado en materia de control fiscal en el último año.

La rendición de cuentas en cada territorio es una vía y una oportunidad para fortalecer el sistema democrático regional a través del intercambio directo de inquietudes por parte de la ciudadanía e información por parte de sus instituciones.

* Columna publicada en la Revista Semana el 7 de septiembre de 2021. https://www.google.com/amp/s/www.semana.com/amp/opinion/articulo/lo-que-exige-la-transformacion-del-control-fiscal/202126/